A lo largo de mi vida laboral he tenido varios jefes y los he dividido en categorías según su comportamiento en el lugar de trabajo:
– Amigo: Si tienes uno de estos, que son muy difíciles de encontrar, tienes un tesoro, porque aparte de ser tu jefe es tu amigo y si sabes distinguir la parte profesional de la amistad no tendrás ningún problema. El problema para este tipo de jefes son los empleados parásitos.
– Negrero: Es incansable, es capaz de estar continuamente buscándote nuevas tareas y mientras tanto está continuamente presionándote para que acabes las que ya te ha dado. En una mano tendría una enorme lista de cosas por mandar y en la otra un látigo. Suele ser el dueño de la empresa para la que trabajas.
– Fatiga: Trabaja más que toda la plantilla de trabajadores que tiene a su cargo, lo cuál suele ser un chollo para la empresa que trabaje, el problema le viene que normalmente está tan involucrado en su trabajo que no organiza a sus subordinados de forma eficiente.
– Pasota: Este tipo de personas lo único que quieren es que no las molesten, si haces tu trabajo, él no se va a preocupar si están bien, mal o de cuando lo has hecho. Suele ser un cargo o alto directivo.
– Comandante: Se suele dar en el ejército sólo saben dar broncas y ordenes. Por su puesto para este tipo de individuos la inteligencia o la capacidad de trabajo de una persona se mide por los galones que lleve, lo pasarás mal si eres subordinado suyo y lo pones en evidencia.
– Menstrual: Es como la regla para las mujeres, porque aparece por el trabajo una vez al mes para joderte durante varios días. Porque esos varios días lo único que hace es: buscarte nuevos marrones o decirte que todo lo que haces es una mierda.