Yo nunca…

Cuando una persona comienza una frase de esta manera debe pensarse muy bien lo que va a decir después ya que nunca se sabe lo que va a deparar el futuro, como dice nuestro refranero: «La palabra y la piedra suelta no tienen vuelta», ya que hay que ser prudente con lo que se dice, porque todo tiene consecuencias, aunque sólo sea una cuestión de orgullo.

Últimamente me he dado cuenta que hay un tipo de individuo, lo único que dicen es: que nunca irán a un sitio, que odian esto otro, que jamás harán aquello… y luego los ves tragar como auténticos calzonazos, y es con su mujer la que le dice que haga algo de lo que previamente estaba rajando un minutos antes, le viene lo de calzonazos como anillo al dedo.

Cuando tengaís un individuo de estos cerca, no dudeis en escuchar la cantidad de burradas que podrá decir, y a más cantidad, más tendrá que tragar, es cuestión de tiempo. Y si alguna vez le recriminaís algo que dijo, rápidamente buscará una escusa o no reconocerá lo que dijo, ya que este tipo de personas suele ser muy orgullosa y nunca reconocerá su error.

Yo pocas veces diré que nunca haré algo, ya que para cada uno hay cosas que seguro que no haremos pero serán pocas y que no creo que ninguno sabremos cuales son con las que no tengamos predisposición para hacerlas.

«Tienes…

… poca predisposición para el trabajo.»

Frase normal, pero que dicha en el momento adecuado, por la persona adecuada puede ser una de las más grandes genialidades que ha dado la humanidad, junto con la rueda y el iPod.

Supongo que todo el mundo conoce la fábula de La hormiga y la cigarra, ¿que os parecería que al final de la historia le dijera la cigarra a la hormiga: «Tienes poca predisposición para el trabajo»?

Sería un poco raro, ¿como puede ver la cigarra tan distorsionada la realidad?, ¿será un fallo en Matrix?, ¿los que trabajan mucho están equivocados? Simplemente a día de hoy la ciencia no tiene explicación para esto, lo único que puedo es dar fe de que esto ha ocurrido. La cigarra ha conseguido que una frase normal sea una genialidad.

Ahora mismo me encuentro con poca predisposición para seguir escribiendo……..

¿Deber favores? No, gracias

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, yo digo directamente que no tengo amigos. No porque sea un “Hikimori”, sino porque para mi el concepto de amistad lo tengo muy elevado. Decir: «Tengo un amigo…», nunca saldrá de mi boca, diré frases “conozco a uno”, “tengo un compañero de trabajo”, “un vecino”, etc… pero nunca amigo. Para mi un amigo es mucho más que ir a cenar, tomar café, charlar tres veces en el trabajo o que me llamen para que le arregle el ordenador. Un amigo es mucho más que todo eso.
Después de aclarar lo que pienso de la amistad, vamos al tema de los favores, a mi personalmente no me recibir favores, básicamente por dos razones: la primera es que odio que me digan: «yo un día te…» y la otra es por tener el remordimiento de que estoy en deuda con nadie, no me gusta deberle nada a nadie. Pero por otro lado no me importa nada hacer favores y no recibir nada cambio.
Y para finalizar mezclamos todo, la amistad y los favores, porque hay individuos que cuantifica a sus amigos y la amistad por el número de favores recibidos o hechos. O que se pelean con un amigo porque este no les ha hecho un favor, y yo me pregunto ¿Serían tan amigo?, no lo creo.
En esta vida nos podemos encontrar en muchas situaciones, pero creo que lo mejor es no pedir, ni aceptar favores, salvo que nos fuera la vida en ello. Es mucho más gratificante hacer favores y no pedir nada a cambio.

Estar orgulloso o tener padrino

En esta vida hay dos formas de conseguir las cosas, una de ellas sería con el duro trabajo del día a día y la otra tener padrino, y cuando digo padrino no me refiero al individuo que te lleva en brazos cuando te bautizan. Mi dilema viene en el grado de satisfacción personal que se obtiene de una forma o de otra.
Por un lado tenemos a la persona trabajadora que su objetivo es cada día hacer su trabajo mejor y que le proporcione satisfacción personal y no busca el reconocimiento fácil sino estar orgulloso de si mismo. Que uno esté realmente orgulloso de uno mismo es muy difícil, pero creo que es una de las mejores sensaciones que hay, que te recompensen, asciendan o feliciten por un trabajo bien hecho, hoy en día es raro pero algunas veces pasa. Y lo mejor de todo es sensación cuando te acuestas por la noche después de un duro día de trabajo y estás sólo contigo mismo y te sientes orgulloso por lo que has logrado, no has necesitado ni ayuda, ni favores y lo más importante, que no le debes nada a nadie.
Por otro lado tenemos otro caso, esa persona que tiene padrino, que normalmente no le sale gratis (salvo que sea un familiar), ese padrino no le pide nada directamente, pero acepta con buen gusto que le hagan la pelota. Pues tenemos ese trabajador que se dedica toda la jornada laboral en hacer lo mínimo posible y quejarse, pero eso sí nunca pierde la ocasión para reírle las gracias a su padrino. Lo mejor de todo es cuando encima por ésto lo recompensan, y yo me pregunto, ¿qué sentirá una persona a la que le regalan un puesto de trabajo o un ascenso?, ¿qué satisfacción personal tendrá cuando se acueste por la noche y esté sólo consigo mismo?, lo único que creo que podría sentir sería vergüenza, sería una carga tener que deberle a otra persona todo, el sentir que no estaría donde está si no es porque le han echado una mano.
Para finalizar estos individuos que tienen padrino no dudarían lo más mínimo en traicionarlo para irse con otro que les convenga más.

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